domingo, 21 de septiembre de 2008

Andrés Neuman “Mística abajo”




El primer artículo de la sección literatura lo quiero dedicar a la poesía, a la que muchos quieren dejar por olvidada, como algo que interesa a unos pocos. En este mundo tecnológico, mediático, metódico y científico se ha dejado de lado a las letras, que se les llega a considerar como inservibles. Existe la idea de que la ciencia es útil y las letras son inútiles pero ambas están conectadas. Justamente en estos tiempos tenemos a nuestro alcance conocimientos e instrumentos para guiarnos en la sensibilidad, el amor, etc. Leer poesía es conocer sentimientos. Conocer sentimientos es aprender del ser humano.

Andrés Neuman, escritor y columnista argentino nacionalizado español, nació en 1977 en Buenos Aires y vivió en esta ciudad hasta los catorce años. Después se trasladó a Granada donde se licenció en Filología Hispánica por la Universidad de Granada, cursó estudios de doctorado y fue profesor de literatura hispanoamericana. En la actualidad es columnista en el suplemento cultural del diario ABC, en el diario Ideal de Granada y en Sur de Málaga aunque ha colaborado con otros medios españoles y argentinos. De él se ha dicho que “nos encontramos ante un escritor de altura, de aquellos que pueden llegar a crear adicción y que se está convirtiendo en el testigo excepcional de toda una generación y de una época”.

Aunque su obra es extensa también en novelas y cuentos, nos interesa su labor poética, ha publicado Métodos de la noche (premio Antonio Carvajal), El jugador de billar, El tobogán (premio Hiperión), La canción del antílope y Mística abajo.

Mística abajo (Editorial Acantilado 2008) es una compilación de poemas sobre la salud, el cuerpo, el deseo, la televisión, la ciencia y las matemáticas, hasta la oftalmología, sin olvidarse del dolor, la muerte o la pérdida. Son versos que reflexionan sobre la necesidad de la poesía en el presente, que asocian ciencia y emoción, que celebra lo efímero y la tradición mística. Los poemas proponen una lectura atea y contemporánea de la tradición de la mística clásica.

En una entrevista, el propio escritor confiesa un secreto de como suelen escribir los poetas “casi todos los poetas escriben a mano, no sé muy bien por qué. Tal vez un poema, además del pulso físico y la emoción directa que da la caligrafía, necesite verse a página completa de un solo vistazo, como si hubiera en él algo de composición plástica”

Y es que Andrés Neuman es un hombre de letras por excelencia y puede guiarnos a nosotros, a la nueva generación de humanistas, que tenemos inquietudes, esperanzas, miedos y deseos semejantes.

La poesía no ha muerto en la gran ciudad.

Daniel Martínez

Plegaria del que aterriza

Cielo, yo que no creo que en ti floten mensajes
y que leo en el alma (y digo alma)
cómo nada más alto nos protege
que el placer, la conciencia y la alegría,
yo te prometo, cielo, si aterrizamos sanos
que guardaré este miedo que hace temblar mi pulso
mientras escribo en manos de la furia del aire.
Lo guardaré, si llego, no para fabular
razones superiores ni para desafiarlas
sino por recordarte siempre, cielo,
liso, llano y azul como ahora te alcanzo,
hermoso, intrascendente, un simple gas que agitala
luz y me conmueve
como sólo un viajero transitorio,
como sólo un mortal puede saberlo.

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