domingo, 21 de septiembre de 2008

La inquisición: Parte I…

Imaginaos por un momento que vuestro alrededor empieza a oscurecerse y la pantalla del ordenador se ha convertido en un viejo pergamino. La única luz es la de una vela que poco a poco se va consumiendo en gotas de cera, al compás de un canto gregoriano que suena muy cerca de tus oídos.

Os he querido ambientar en un clima oscuro, viejo, de ese olor que a veces desprenden las iglesias. Una de las mayores atrocidades de nuestra historia fue sin duda la cometida por los antiguos dirigentes de la iglesia católica. Quien sabe la de personas que perecieron a causa de las locuras de esos hombres. Creyeron que tenían la potestad de cristo y la justicia de dios para actuar a su antojo contra lo que ellos nombraron “herejía”.

Una vez más vuelvo a comprobar que el hombre, sin duda es su propio enemigo una y otra vez a lo largo de la historia. Solo quiero que realicéis un simple ejercicio, coged la Biblia y leer cualquier fragmento. ¿Dónde esta escrita la palabra “inquisición”? O, para más precisión, algo relacionado con ello. Simplemente hemos recibido unas disculpas del fallecido Juan Pablo II, pidiendo perdón por los “supuestos” errores que la iglesia de Roma cometió en el pasado. Simplemente patético, es muy difícil olvidar tal lance. Sin más preámbulos vamos a documentar un poco uno de los mayores asesinatos de la historia.

Una vez más vuelvo a comprobar que el hombre, sin duda es su propio enemigo una y otra vez a lo largo de la historia. Solo quiero que realicéis un simple ejercicio, coged la Biblia y leer cualquier fragmento. ¿Dónde esta escrita la palabra “inquisición”? O, para más precisión, algo relacionado con ello. Simplemente hemos recibido unas disculpas del fallecido Juan Pablo II, pidiendo perdón por los “supuestos” errores que la iglesia de Roma cometió en el pasado. Simplemente patético, es muy difícil olvidar tal lance. Sin más preámbulos vamos a documentar un poco uno de los mayores asesinatos de la historia.





Debemos tener claras unas pautas antes de empezar en la primera parte de la inquisición. Como la mayoría de cosas relacionadas con la iglesia, todo era estrictamente privado, por lo tanto es muy difícil saber toda la verdad. Es más, yo creo que nunca se sabrá.

Cuando la antigua Roma se convirtió al catolicismo, los “herejes” eran considerados como enemigos del estado, y era prohibida la tortura contra ellos y la única pena era la excomunión. Digamos que eran apartados de las iglesias y expulsados de todas las ceremonias de oficio religioso.

En el siglo XII, en la bula papal de Lucio III fue creada la “inquisición episcopal” fue la primera en cumplir dichas atrocidades. Denominada de este modo porque los inquisidores eran locales y no tenían relación directa con el vaticano. Pero el fracaso de la “inquisición episcopal” llegó a los oídos de Roma y el papa Gregorio IX creó la bula “Excommunicamus”. En la cual se fundó la “inquisición pontificia”, ésta era regida directamente por el Papa y puesta en escena por los frailes dominicos.

Pero cuando de verdad empezó la verdadera carnicería de los antiguos dirigentes de la iglesia católica, fue en el año de 1252. El Papa Inocencio IV, materializó la bula “Ad extirpanda” en la cual se concretó que la herejía era cuestión de estado. Pero lo verdaderamente atroz del asunto, fue que se concedió poderes a la inquisición para poder torturar a lo “herejes” capturados, para sacar información y condenar a la hoguera a los que recaigan en lo que ellos creían que eran acciones heréticas. Estos últimos denominados como “ herejes relapsos”.

Os voy a citar un ejemplo de lo que fueron aquellos asesinatos. En el año de 1209, el Papa Inocencio III con la grata ayuda de los Capetos, que eran reyes de Francia en aquella época, mandó crear una cruzada contra los cátaros y fue conocida como la “cruzada albigense”. Esta tuvo lugar en el sur de Francia, concretamente en la zona del Languedoc.

La iglesia de Roma conseguiría acabar con la supuesta “herejía” y Los Capetos conseguirían posesiones en el sur de Francia, un buen pacto sin duda alguna. Pero para resumir esto de una forma breve, ya que dicha cruzada requiere un trabajo aparte, los cátaros tenían unos dogmas diferentes a los de la iglesia de Roma. Creían en la existencia de dos dioses, uno bueno y otro malo. Negaban el dogma de la trinidad, pues no concebían a Jesús como hijo de Dios y si como la aparición de un camino a seguir hacía la perfección. Creían en otro concepto de la creación. Predicaban que la salvación les llegaría con el conocimiento y no con la fe en Dios.

Pues estos conceptos fueron causas para que la iglesia católica intentara aplastar la fe cátara y exterminaran a muchos de sus seguidores. Una de los acontecimientos más devastadores de dicha cruzada, fue el atribuido al 21 de Julio de 1209. Cuando Simon de Monfort, comandante del ejército cruzado acabó con la vida de una parte de la población de Béziers, sin distinguir su religión. Pero dejando una de las frases más crueles de la historia, a mí entender: “¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!” Dicha frase es atribuida al inquisidor papal Arnaldo Amalrico. Simplemente aterrador.

Esto es solo el principio, todavía queda más por llegar…
Un saludo.
Juan Antonio Díaz García.

No hay comentarios: