domingo, 14 de septiembre de 2008

ARAGÓN, EL PRINCIPIO DE UN REINO…


La historia de Aragón es compleja, llegar a su pasado es más difícil, encontrar en la historia su comienzo nos lleva a una lectura nunca exacta en el rigor histórico, pero no por ello menos apasionante.

Aragón es fruto de las dinastías franco-carolingias en defender sus fronteras al imperio musulmán proveniente de África. Hay manuscritos que dicen que a principios del siglo IX, un noble de nombre Auroleo, regia dicha zona a las órdenes de los reyes francos. Una zona montañosa del centro de los pirineos regida por los valles Hecho, Canfranc y Ansó. Sus gentes empezaron a crear iglesias y monasterios. Lucharon contra el yugo musulmán en su afán de reconquista.


Con el paso de los años, el condado de Aragón fue expandiéndose por la ribera del río gallego hacía el sur y llegando a las proximidades de Navarra. La realidad del condado aragonés se vio convertida cuando la hija de Galindo II, la heredera del condado, contrajo matrimonio con el rey de Pamplona García Sánchez a mediados del siglo X. De tal enlace surgió la llegada de su hijo, Sánchez Garcés II, y en el año de 970 fue rey de Navarra y conde de Aragón.


Pero dicha unión de pueblos solo fue posible hasta la muerte de Sancho III “el mayor” en 1035. Aragón fue resurgiendo en algunas familias nobles y su población se vio incrementada en la llegada de mozárabes del al-Ándalus que fueron integrándose con la población del condado. Sus gentes fueron pastores de las montañas y la agricultura era el núcleo principal del pueblo. En la cultura cabe destacar los monasterios de San Pedro de siresa, cillas o navasal, etc….


Pero el futuro del condado pasó a manos de un hijo bastardo de Sancho III “el mayor”, Ramiro I fue literalmente el primer rey de Aragón, siempre estuvo en la tutela de su hermano García IV Sánchez III rey de Pamplona, pero luchó por conseguir la independencia de su tierra. Además su hermanastro Gonzalo tubo una muerte prematura y pasó a tener los señoríos de Ribagorza y Sobrarbe que pasaron a ser aragonesas en 1044.

Pero fue su hijo Sancho I Ramírez, ya siendo rey de Aragón quien viajó a Roma y ofreció vasallaje al Papa a cambió de 600 marcos de oro al año. En el año de 1076 viajó a Pamplona y, alegando la falta de sucesor, presentó credenciales para ser el monarca. Sancho Garcés rey de Pamplona fue asesinado por su hermano Ramón en una partida de caza y el pueblo no quiso que el fraticida reinara en Pamplona. De esta manera apoyaron a Sancho I Ramírez como rey.


Sancho I Ramírez fue rey de Pamplona y de Aragón, ambos pueblos ya consolidados como reinos. La ciudad de Jaca fue el núcleo político del reino y, como era de esperar, llegó la ansiosa lucha por la reconquista contra los musulmanes. Ésta se consagró con la cruzada a Barbastro, ciudad que se perdió poco más tarde. En 1083 tomaron Graus y en 1089 Monzón, pero Sancho I Ramírez perdió la vida en la conquista de Huesca en 1094. Debemos atribuir la gloria militar a su sucesor Pedro I que si logró tomar la ciudad de Huesca en 1096 y Barbastro en 1100. Aragón consiguió expandir sus territorios en la zona del Pre-pirineo.

La muerte de Sancho I Ramírez no dejó sucesor y fue su hermano Alfonso I “el batallador” quien reinó en Pamplona y Aragón. Alfonso I conquistó las comarcas de Zaragoza, Tudela, Calatayud, Tarazona y Daroca. Consiguió cambiar el rumbo del reino y amplió de una manera considerable las fronteras de su reinado. El fallecimiento de Alfonso I en 1134 no dejó sucesor y Aragón fue entregado a las órdenes militares (templarios, hospitalarios etc.). Navarra aprovechó para proclamar a su nuevo rey García V Ramírez “el restaurador” y desvincularse de Aragón. Pero la desgracia para Aragón llegó con la conquista de la ciudad de Zaragoza por el rey de Castilla y León, Alfonso VII “el emperador”, el cuál reclamó vasallaje a los aragoneses. La suerte no estaba perdida para el reino, porque el papa Inocencio II puso su poder para que se cumpliera el testamento de Alfonso I.

En dicho testamento nombraba sucesor a su hermano Ramiro, que ejercía de monje en un convento. Ramiro II “el monje” aceptó la propuesta y se casó con Inés de Portiers, de esta manera se proclamó monarca. De este matrimonio tuvieron una hija llamada Petronila y fue esposada con el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, en 1137. De esta manera, Ramón Berenguer fue conde de Barcelona y príncipe de Aragón. La boda de ambos se celebró en 1150 en Lérida, dejando la potestad a su yerno pero no el título real. Ramiro II salvó el reino y pudo descansar en paz.

Esto, queridos amigos, es el principio y fin del reino de Aragón, porque mas tarde llegó la famosa Corona de Aragón. Eso será para otra ocasión. Aragón tiene su historia llena de grandes lances y sucesiones pero no deja de ser un territorio por conocer y una historia por reconstruir. Espero haberos hecho viajar un poco hacía atrás en la historia y revivir aquellos tiempos en los que se cambiaba de rey como hoy lo hacemos de camisa. Tiempos distintos, pero emocionantes y llenos de aventura. Tengo que reconocer que a veces me hubiese gustado estar presente.



Un saludo.

Juan Antonio Díaz García.





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